ARTE Y CULTURA

En Zagra poseemos convicciones, pensamientos e ideologías propias que nos identifican como grupo social y, además, nos diferencian del resto. Todo este compendio da lugar a nuestra cultura que, a su vez, se ve ratificada por diferentes manifestaciones artísticas que definen nuestros rasgos particulares Zagreños. Al mismo tiempo que, son testimonio de la historia que contamos…

Esta fortaleza formaba parte de la primera línea defensiva del Reino Nazarí de Granada. Aunque, su existencia está  documentada desde varios siglos antes.

El castillo de Zagra se emplaza sobre una elevación rocosa; una formación caliza situada al este de la población actual y que alcanza una altitud de 805 metros sobre el nivel del mar. La peña, por tal, proporciona una defensa natural, además de una gran visibilidad. Motivo por el cual, evidentemente, este  lugar fue elegido para erigir el castillo.

Los restos que se conservan en la actualidad, permiten reconocer dos recintos. Uno exterior que puede denominarse como villa y otro recinto superior e interno, llamado la alcazaba. Dentro de la alcazaba podemos distinguir, al mismo tiempo, otros dos espacios: El primero, se sitúa en la parte más elevada de la fortaleza y es llamado como recinto superior de la alcazaba. Se trata de una torre a la que se adosa un recinto de pequeñas dimensiones. El segundo recinto de la alcazaba, por su parte, está separado del anterior por un foso excavado en la roca. Éste, ocupa una meseta que corona la peña y tiene una superficie aproximada de 600 m2.

De esta manera podemos ver que, el Castillo Árabe de Zagra cuenta con dos espacios diferenciados. Además, de su estructura se mantienen en pie algunas torres casi completas e importantes restos de varias otras. Así como, numerosos lienzos de muralla. Los estudios realizados de las estructuras conservadas dentro de la superficie del castillo de Zagra, permiten  trazar una evolución del mismo. Lo cual, primero documenta y posteriormente ordena los distintos momentos constructivos por los que ha pasado. 

Las estructuras dentro del castillo tienen una pervivencia en el tiempo importante, pues a lo largo de éste se han producido distintas transformaciones. Las cuales, van desde una simple reparación o revestimiento, hasta cambios en la propia funcionalidad. En el castillo se distingue una influencia claramente nazarí, que está expresada en el recinto superior. Además, existe un aljibe excavado en la roca y reforzado en una de sus caras con muro de mampostería; lo cual  parece ser una obra anterior a esta última etapa. 

Tras la conquista cristiana, el castillo fue entregado a un alcaide castellano que pretendió, sin lograrlo, hacerse con el señorío de las tierras de alrededor. No obstante, al haber sido una fortaleza bajo control directo del sultán y sin jurisdicción propia, las tierras fueron repartidas, posteriormente, entre los pobladores. 

Podemos decir entonces que, Zagra era una de las denominadas villas de frontera, es decir, un tipo de población característico de la frontera nazarí. Su castillo guarda similitudes con algunas de sus homónimas en relación al recinto múltiple y a las técnicas constructivas. De igual manera, posee diferencias importantes en cuanto a las técnicas constructivas. Sin lugar a duda,  debió jugar un papel importante en su momento. Es por ello que, buscando reivindicar su valor, recientemente el castillo ha sido iluminado y habilitado para que pueda visitarse como destino turístico. 

El asentamiento de los Algarbes y la necrópolis de Zagra deben su nombre a un topónimo de la lengua castellana. “Algar”, por tal, significa cueva. Y es que, en torno a los cortijos se aprecian cuevas y sepulturas excavadas en piedra. 

Ubicado al Sureste del asentamiento urbano de Zagra, se encuentra un yacimiento monástico rupestre que data aproximadamente de los siglos VI y VII d.c. Además, también está presente un asentamiento islámico de los siglos X – XII.

La necrópolis, como tal, consta de 60 sepulturas donde predominan las formas rectangulares y de bañera, algunas de las tumbas presentan una especie de borde escalonado donde posiblemente iría la colocación de las cubiertas.  Se cree que pudo ser un asentamiento de cristianos que Vivian en la zona y que perduraron a pesar de la ocupación de los mozárabes.

Las tumbas presentan diversas dimensiones; lo cual hace pensar que estaban dirigidas a todo tipo de población, hombres, mujeres y niños. 

Se trata de una pequeña necrópolis excavada en la roca. La cual posee una cronología que va del siglo VI al VIII. Está compuesta por sepulturas rectangulares dobles, con un escalón tallado para apoyar las losas de piedra que servían de tapa y que cubrían las tumbas.  Su ubicación está dada en las inmediaciones de Fuente Alta y tiene similitudes con las necrópolis de Martilla y el resto de las necrópolis zagreñas.

El yacimiento de La Atalayuela es visible y se encuentra bien señalizado. En el mismo se puede apreciar una necrópolis altomedieval datada entre los siglos VI-VIII d, C. Junto a ésta, se ubica un pequeño asentamiento o poblado que estuvo ocupado mayormente entre los siglos VI y XII. La necrópolis conserva doce sepulturas. Las cuales, son de forma rectangular y ligeramente trapezoidales y con el escalón para asentar las losas de la cubierta.

Se encuentran agrupadas de dos en dos y en algún caso de tres en tres. Se trata de un yacimiento  arqueológico que  se conoce desde 1985 y que desde entonces ha sido estudiada y publicada. 

No sabemos con exactitud la fecha de construcción de la antigua iglesia de Zagra. Sabemos que fue construida por los pobladores castellanos en un extremo de la localidad en el siglo XVI  y que sufrió una reedificación aproximadamente en el año 1970, para mejorar su estado de deterioro.

Es importante destacar que, en la Guerra Civil se destruyeron todos los archivos parroquiales y muchos de los datos de nuestra historia quedaron perdidos para siempre. Sin embargo, puede decirse que el templo parroquial de Zagra data de mediados del siglo XVI, cuando Zagra apenas era un lugar con unas 30 familias que asistían a una pequeña y modesta iglesia para celebrar la misa.

Entonces, es para aproximadamente el año 1787 que se tienen las primeras noticias oficiales de la existencia de la Parroquia de San Lorenzo de Zagra. Aunque, tal vez, pudo constituirse como parroquia en fechas anteriores cuando se establece como una parroquia independiente de la Iglesia mayor de Loja. Es decir, una institución con libros propios para registrar los sacramentos, con un cementerio y un párroco exclusivo. Y de esta forma continuó, en rasgos generales, hasta los últimos cambios que se suscitan a principios del siglo XX. 

En cuanto al templo antiguo, es muy poco lo que podemos decir acerca de su arquitectura y ornamentación. Puesto que, no existen fotos ni documentos de la Iglesia antigua. Se cree que,  para la fecha en que se construyó posiblemente siguiera los patrones constructivos del arte renacentista y mudéjar.

Tal como la mayoría de las iglesias de los pueblos vecinos. También sabemos que,  poseía una gran ornamentación barroca, como: retablos, lienzos, imágenes, entre otras. Desgraciadamente todo esto se perdió en la Guerra Civil.

Zagra, en determinadas épocas fue lugar de señorío, como el de Molinet; lo cual hace creer que este beneficio contribuiría, sin duda, a que el templo fuera muestra de la mayor riqueza ornamental. Porque, las donaciones que los señores solían hacer a las iglesias de sus dominios eran profusas. 

Tras acabar  la Guerra Civil, se reconstruyó la iglesia con la pobreza propia de la época y sin llegar a tener la riqueza artística de épocas pasadas. Para estas fechas se adiciona la imagen de San Lorenzo, patrón de la localidad y a quien está dedicada esta iglesia.

Para el año 1967 se demolió la antigua iglesia y en su solar fue construida otra de una nueva planta que es la actual.  En principio iba a seguir un proyecto del famoso arquitecto Wilhemy, pero por falta de recursos no pudo ser. La última gran reforma de esta iglesia data del año 1992.

En Septiembre del año 2008, se colocó un azulejo mural de estilo sevillano en uno de los laterales de la fachada principal. El cual, representa a San Lorenzo sobre un paisaje de Zagra y es obra de los talleres de cerámica artística Santa Ana de Triana en Sevilla.